Al realizar un análisis de las teorías y perspectivas que han abordado el abuso sexual infantil se encontró que las investigaciones realizadas han sido lineales de causa-efecto. El objetivo de este trabajo es lograr una aproximación a la construcción social de un agresor sexual y así actuar en un nivel preventivo. Se revisaron las técnicas y tratamientos empleados actualmente, las cuales comprueban su poca o nula eficacia. La metodología fue cualitativa, el instrumento: entrevista a profundidad a un agresor sexual preso en el Reclusorio Preventivo Oriente, permitiendo estructurar momentos significativos de cambio hasta el momento del abuso. Los hallazgos mostraron una presencia constante de dos enfermedades: diabetes y alcoholismo, denotando desequilibrio de sustancias químicas que su cuerpo no generaba. Relaciones de poder en las que jugaba un rol pasivo, historia de abuso en la que fue víctima y que paradógicamente perpetuó al convertirse en victimario. Si bien se han demostrado las fallas en el Sistema Penitenciario y en sus políticas de tratamiento existe otro camino: la prevención, al replantear los estilos de vida que han llevado a la sociedad a construir agresores sexuales.