Mucho ha llovido desde entonces, pero a pesar de los años no resulta mucho más fácil el ejercicio de esta acción, pues entran en juego muchos derechos que han de ser valorados, y que tratan de ser apuntados en este trabajo. Este es un proceso que bien podría asimilarse a una carrera de fondo o de obstáculos para quien verdaderamente sufre estas situaciones que hacen inaceptable una convivencia en paz en una Comunidad de Propietarios. Y hablo no solo desde la experiencia como profesional - letrada o Administradora de Fincas - sino de quien ha vivido y ha debido pasar por ella como vecino. Resulta ser una situación que termina, en muchos casos, antes de haber obtenido una resolución judicial, con el abandono de quien padece las consecuencias del incumplidor de la que quería fuera su hogar y que sí ha venido respetando las normas de la convivencia.