Confiando en que el niño desde su tierna infancia puede llegar a percibir a Dios como su Padre, quien lo cuida quien lo quiere, les invito a leer estos textos. Espero que este libro ayude a padres, educadores y agentes de pastoral, a valorar la labor con los niños a temprana edad, procurando así formar una personalidad vinculada profundamente a Dios, a la naturaleza y al prójimo. Pido al Buen Dios que nos conceda experimentar su presencia Paternal en su Hijo Jesucristo, con María Educadora en el Espíritu Santo.