El estrés oxidativo se ha relacionado con un amplio espectro de enfermedades tanto crónicas como agudas, entre las cuales se destacan enfermedades de tipo neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson, Alzheimer y esclerosis múltiple; enfermedades cardiovasculares como ateroesclerosis, hipertensión arterial; enfermedades de tipo inflamatorias entre las que se encuentran la artritis reumatoide, la inflamación aguda, shock séptico y pancreatitis. También es un factor importante asociado al desarrollo de cáncer y en los procesos de envejecimiento. El estrés oxidativo es entonces considerado como un proceso de daño celular derivado del metabolismo aeróbico el cual es producido por un desequilibrio a favor de la generación de especies reactivas de oxígeno con relación a la presencia de moléculas antioxidantes, lo que conlleva al daño o alteración de la estructura de macromoléculas como lípidos, proteínas y ácidos nucleicos, fundamentales para el optimo funcionamiento de la célulay por ende del organismo.