El sedentarismo y una alimentación inadecuada influyen negativamente en la salud. Cuando la ingestión de calorías excede al gasto energético, se produce una ganancia de peso que, no controlada, conduce a la obesidad y a la sobrecarga cardiaca, convirtiéndose en un factor de riesgo independiente y modificable para la enfermedad cardiovascular asociada al estilo de vida. Existen además otros factores de riesgo que favorecen la aparición de esta patología, como la resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa, hipertensión arterial o la dislipemia aterogénica. Algunas personas poseen una conjunción de varios de estos factores, lo que les lleva a padecer el llamado "Síndrome Metabólico", que no es una enfermedad única, sino una conjunción de problemas de salud que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. María Isabel Arandojo y José Antonio Morales han estudiado la presencia de síndrome metabólico, por primera vez, en un grupo de miembros de Guardia Civil. Aunque de pequeño tamaño muestral, este trabajo puede considerarse un estudio exploratorio que permite hacerse una idea del riesgo cardiovascular de una parte de este colectivo.