En la actualidad, hay alrededor de unas 100 mil sustancias potencialmente peligrosas registradas en la Unión Europea y constantemente se están desarrollando nuevos compuestos. Aunque las medidas adoptadas en el siglo pasado para evitar la contaminación acuática han reducido drásticamente la presencia en el agua de algunos contaminantes conocidos, el número de sustancias químicas potencialmente peligrosas que pueden llegar a alcanzar el medio ambiente es muy amplio, por lo que la atención en la investigación de la contaminación del agua se ha extendido recientemente a los llamados contaminantes emergentes o nuevos contaminantes, que se definen como contaminantes previamente desconocidos o no reconocidos como tales, cuya presencia en el medio ambiente no es necesariamente nueva pero sí la preocupación por las posibles consecuencias de la misma. En muchos casos, se trata de contaminantes no controlados, que son candidatos a ser incluidos en futuras regulaciones, en función de sus potenciales efectos sobre la salud y su mayor o menor presencia en las aguas de consumo.