Los mayores triunfos de la ciencia en el último siglo se debieron al desarrollo de técnicas capaces de estudiar el tamaño y forma de los objetos a niveles moleculares y atómicos. Esto permitió comprender la forma en que interactúan los átomos y moléculas y abrió las puertas al diseño , a estas escalas, de nuevos materiales, dando origen al nacimiento de las llamadas nanotecnologías. Una de las formas de describir a nivel molecular las interfases gas sólido, es a través de la adsorción desde sólidos porosos, superficies fractales y nanotubos de carbono. La adsorción de gases ha contribuido a brindar información de las estructuras presentes en materiales porosos inclusive poco cristalinos como son los carbones activados. Dado que los poros de carbones activados tienen forma de ranuras, algunos métodos resultan particularmente adecuados para determinar sus parámetros como son volúmen, superficie efectiva o ancho del poro.