La tierra africana siempre ha sido una tierra hospitalaria con fronteras tolerantes y generosas, abierta a todos y cuya gente tiene un corazón bondadoso. Esto no es ingenuidad, sino una señal de acceso y brecha abierta a los demás, ya que todos tenemos sangre roja corriendo por nuestras venas a pesar de la raza y el origen. En casa, en África, en nuestras aldeas, no tenemos una prisión porque todo se trata bajo el árbol de la palabrería. No tenemos un candado porque robo es una palabra muy poco usada en el diccionario de nuestros antepasados. Dimos la bienvenida a Abram y Sarai incondicionalmente y sin término en esta tierra de provisión, a José, a las doce tribus de Israel y al Señor Jesús cuando era niño. La Reina del Sur y la Reina Candace conocían la fe judía. Y el bautismo de agua llegó a África desde la era de los apóstoles... Algunas prácticas son bastante similares entre africanos y judíos como podemos ver a lo largo de esta presentación. Leer y haber leído.
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