En el bosque mesófilo de montaña del estado de Hidalgo - el único bosque existente en el 2016 - se observa una población campesina excluida de los beneficios de la modernidad, quienes, para sobrevivir, están inventando buenas y malas prácticas agrícolas sin que a nadie les importe hasta ahora. En este mundo, la población se mantiene en el extremo más delgado de la economía y su actuar pone en riesgo el delicado capital biológico, la generación de agua y oxígeno para el futuro próximo de la mayor concentración de población de México. El contenido del libro describe el uso de las presas para el cultivo, la destrucción del bosque por el crecimiento de la milpa y la autonomía alimentaria, última opción que les queda para sobrevivir.