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El mejoramiento de cultivos puede caracterizarse como el arte y la ciencia de desarrollar plantas con mayor productividad, sumada a otras características agronómicas de interés (resistencia a estreses bióticos y abióticos), y que refleja una reducción de las inversiones con insumos agrícolas. El trigo es uno de los principales alimentos de la dieta humana. Es utilizado por el 35% de la población mundial, (Kronstad, 1986), además de ser uno de los cereales más plantados en el mundo (FAO, 2011), y de representar cerca del 20% del total de calorías consumidas actualmente por la humanidad. A pesar de los avances tecnológicos agrícolas, el clima sigue siendo la variable más importante en la producción de cultivos. Las variables naturales más importantes en el proceso de producción provienen del clima. El clima y las condiciones meteorológicas son responsables del 80% de la variabilidad de la producción de cultivos. Las lluvias son el elemento más importante y el atributo meteorológico más significativo en las zonas tropicales y subtropicales, donde su distribución variable y la ocurrencia de períodos extremos entre sequías y precipitaciones influyen en las actividades humanas, como la agricultura.