Las aguas residuales de un hogar típico incluyen los vertidos de los lavabos, las bañeras, las duchas, las lavadoras y los lavavajillas o de cualquier otra fuente similar. Sin embargo, las aguas residuales de un hospital son totalmente diferentes de las aguas residuales domésticas. Algunas especies microbianas presentes en las aguas residuales de los hospitales son capaces de degradar el fenol a una concentración más baja. En concentraciones más altas, los fenoles inhiben el crecimiento microbiano. Para proteger a los microorganismos de ser dañados por estos factores, se establecen barreras entre los microbios y las toxinas siguiendo la técnica de inmovilización de células microbianas.
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