Un mundo caótico, en vuelto en una crisis estructural del capital: climática, social, económica, institucional. Un crisis que amenaza la continuidad de la humanidad. Un tiempo caracterizado por profundas desigualdades sociales, un planeta donde un escaso número de ricos tienen un patrimonio semejante al ingreso de la mitad de la humanidad. La tecnología incrementando la productividad y como contrapartida originando un desempleo estructural, trabajadores cuyos ingresos no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas. Y un estado llamado cada vez más a remediar situaciones insolubles. Ante este panorama desolador emerge el Sistema Comunal y las prácticas del Buen Vivir como una esperanza de organización social conducente a una vida justa.