Uno de los fines de la familia es la preparación de sus niñas y niños de acuerdo con las exigencias sociales en correspondencia con su edad y posibilidades mentales y físicas. Guardando estrecha relación con el de la etapa preescolar, la cual persigue como objetivo general el desarrollo integral y armónico de la personalidad, tanto en la esfera cognitiva como en la esfera afectiva. Los padres en particular y los demás miembros de la familia en general, deben prestar atención al desarrollo de valores, de hábitos de alimentación, socialización e higiénicos, favoreciendo así su validísimo social y biológico, a través de la educación familiar, a partir del conocimiento de la gran plasticidad y flexibilidad del Sistema Nervioso Central (SNC), por lo que las estimulaciones recibidas, en la etapa temprana y la preescolar favorecerán potencialidades adquiridas y en desarrollo. Respecto a la etapa Preescolar existen dilemas referentes a su extensión L.S. Vigotski (1983), y la Dra. J .L. Hurtado (2008), actualmente, coinciden en que existen diversos momentos en esta etapa de un mismo período de desarrollo evolutivo, de profundos cambios, y la extienden hasta los siete años.