En las frías tierras peroteñas las parteras del Cofre constituyen la única oportunidad para que cientos de mujeres den a luz la vida. La práctica de la partería en condiciones desventajosas para las mujeres que la realizan y para las que lo utilizan, es sintomático de la imposibilidad de facto del ejercicio de los derechos de las mujeres campesinas y en última instancia de lo limitado de su ciudadanía. En tanto la incorporación de las parteras a los sistemas oficiales de salud no se ha instrumentado desde una perspectiva intercultural, al contrario de generar las condiciones para el mejoramiento de la práctica, ha derivado en el abandono de conocimientos, técnicas y procedimientos tradicionales en detrimento del desarrollo de competencias que permitan atender los alumbramientos con mayor seguridad para las mujeres.