Costaguana y el río Congo eran fuentes periféricas de riqueza para los poderes imperiales del centro. En sus dos obras maestras, El corazón de las tinieblas y Nostromo, Conrad pudo retratar la ambivalencia del discurso imperial. Siendo fuente tanto de miedo como de riqueza, las tierras nativas de América Latina y África fueron representadas artísticamente por Joseph Conrad para mostrar que la periferia, aunque débil y salvaje, era considerada pura y rica. Es esta personificación del doble discurso lo que convirtió a Conrad tanto en un defensor como en un crítico del imperialismo.
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