¿Prepárate para venir al encuentro de tu Dios oh Israel, porque he aquí, el que forma los montes y crea el viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová de los ejércitos es su nombre.¿ Amos 4:12b-13. Dios decide hablar a Israel, pero esta vez a través de Amós, uno de los pastores de Tecoa, ciudad ubicada en Judá. La tarea encomendada era bastante difícil ya que, aunque el período de los jueces había pasado, no parecía así: Israel seguía pecando, siendo castigado y arrepintiéndose para alcanzar el perdón de Dios. El reino está dividido en dos: Israel y Judá, y aunque esta división parecía ser solamente territorial, el pueblo también estaba dividido en la moral, la religión y el sistema político, legislativo y judicial; la hipocresía era uno de los componentes más sobresalientes de la conducta del pueblo en su relación con Dios, se torcía el derecho y se beneficiaba a los más ricos de esta época, asolando las casas de los pobres, viudas y huérfanos. Al ver todos estos problemas Dios hace un llamado, no sólo a Israel, sino también a las naciones vecinas para arrepentirse o recibir juicio por sus pecados.