El Estado de Bienestar ha afrontado cambios profundos durante el siglo pasado sin abandonar sus funciones estratégicas de estabilidad económica y orden público. Sin embargo estos procesos de cambio han estado orientados a las exigencias del sistema capitalista más que a las demandas de protección social por parte de la población en los países de la UE en general, incluso hacia el desmantelamiento parcial de este modelo. Son evidentes hoy ciertas transformaciones en su naturaleza, formas de intervención y concepción ideológica a favor de las lógicas de funcionamiento global.El caso español ha tenido que hacer frente a cambios sociodemográficos que han tenido lugar de un modo mucho más acelerado que en otros países.