Andando en la Vida Nueva - Estudio del Alumno: Un Estudio Práctico de Su Nueva Vida en Jesucristo - Markle, Jeremy J.
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La guía de estudio del alumno para el libro Andando en la Vida Nueva13 capítulos que describen las verdades bíblicas acerca de la vida nueva de un cristiano.Jesucristo, al responder a las preguntas espirituales de Nicodemo, explicó que sólo aquellos que han sido nacidos de nuevo, se les permitirá entrar en el reino de Dios (Juan 3:1-21). Entonces, Nicodemo respondió confundido: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede…mehr

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Produktbeschreibung
La guía de estudio del alumno para el libro Andando en la Vida Nueva13 capítulos que describen las verdades bíblicas acerca de la vida nueva de un cristiano.Jesucristo, al responder a las preguntas espirituales de Nicodemo, explicó que sólo aquellos que han sido nacidos de nuevo, se les permitirá entrar en el reino de Dios (Juan 3:1-21). Entonces, Nicodemo respondió confundido: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo" (Juan 3:4-7). Jesucristo le enseñaba a Nicodemo que cada individuo que entre al cielo debe tener dos cumpleaños: uno físico y uno espiritual. Primero tiene que nacer en una familia física y luego tiene que elegir personalmente nacer en la familia espiritual de Dios, creyendo en la muerte, entierro, y resurrección de Jesucristo como el único pago por sus pecados (Juan 1:12-13, Efesios 2:1-10). Aunque la vida física en esta tierra es temporal, Jesús le prometió a Nicodemo que la vida espiritual que Dios da es eterna. En Juan 3:16-18, Jesús dice "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios."Jesucristo fue enviado al mundo por Dios el Padre "a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10). Fue enviado para dar la vida espiritual a los que estaban "muertos en vuestros delitos y pecados" (Efesios 2:1). A través de Su obra terminada en la cruz, Él ha dado, "a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12). Jesucristo vino a sacrificarse para que tú y yo "[tengamos] vida, y para que la [tengamos] en abundancia." (Juan 10:10). Y Dios ha prometido que "si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (II Corintios 5:17).Jesucristo no sólo ha proporcionado la oportunidad para que cada creyente tenga una nueva vida como uno de los hijos de Dios, sino que también ha dejado un "ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente" (I Pedro 2:21-23). I Juan 2:6 enseña que "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo." Si un creyente verdaderamente depende en Jesucristo para su vida nueva, él debe desear vivir según el ejemplo que Jesucristo le proveyó. Debe decir como el Apóstol Pablo: "Vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20).El propósito de este estudio bíblico es estudiar las Escrituras para encontrar el verdadero significado de la "Vida Nueva" que se encuentra en Jesucristo y luego descubrir las grandes promesas que cada uno de los hijos de Dios puede disfrutar, así como las grandes responsabilidades que deben cumplir mientras caminan "en vida nueva" (Romanos 6:4).
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