Según Thomas (2017), la muerte es un acontecimiento universal irrecusable, algo de lo quepodemos estar seguros que sucederá aunque ignoremos el día, la hora y cómo nos ocurrirá. El mismo autor, tomando la filosofía de Heidegger dirá que cada hombre conoce de antemano su desenlace fatal, al punto de ser el ser humano, un ser-para-la-muerte. Civilizaciones arcaicas desde hace tiempo, sostenían una idea que la ciencias biológicas confirmaron posteriormente, a saber, que la muerte es lo que permite la supervivencia cotidiana de una especie, asegurando posibilidades de cambio. Psicológicamente, la muerte es una situación generadora de mucha angustia, miedo y evitación. Innegablemente, esas concepciones y creencias se cuelan y presentifican en la psicoterapia, tanto en su modalidad individual como grupal. A veces por tratarse de un abordaje definido y focalizado sobre la muerte y el trabajo de duelo, otras veces por ser una temática que atraviesa la existencia toda, emergiendo en infinidad de situaciones clínicas y activando angustias muy profundas.