El Sistema Financiero Ecuatoriano durante los años noventa inició un claro proceso de liberación, bajo un esquema neo liberal de la escuela de Chicago, promovido en el Gobierno del Arq. Sixto Durán Ballén y el Econ. Alberto Dahik, con la creación de la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero del año 1994. Bajo este régimen permisivo, la Banca Ecuatoriana participó en un desenlace caótico que perjudicó enormemente la situación del País.