Los tanques a presión son contenedores cerrados que contienen gases o líquidos a una presión distinta de la atmosférica. Aunque parecen tener una geometría simple los tanques son difíciles de diseñar ya que además de soportar la presión interna pueden estar expuestos a vibración, cargas externas, bajas temperaturas e impactos. El desarrollo de tanques a presión reforzados con materiales compuestos se ha incrementado ya que presenta ventajas tales como alta resistencia y rigidez con un bajo peso y excelente resistencia a la fatiga. En el diseño de los recipientes a presión se relacionan las propiedades físicas y mecánicas del material así como la forma y geometría de la estructura. Entre los distintos parámetros de diseño, la presión de falla del tanque es el factor más importante debido a que determina la seguridad y confiabilidad del recipiente.