El biodiésel se presenta como uno de los mejores candidatos para sustituir a los derivados del petróleo como combustible ya que cumple con los criterios de sostenibilidad. La transesterificación con catalizadores homogéneos básicos fuertes es la técnica más utilizada en la industria para la producción de biodiésel, pero la materia prima utilizada debe contener menos de un 0.5% en masa de ácidos grasos libres, de otra forma daría lugar a la formación de jabones y al consumo de catalizador. Por otra parte, el contenido en agua del aceite dificulta la conversión completa del aceite por lo que debe mantenerse por debajo del 0.06%. Una alternativa a estos procesos es llevar a cabo la reacción con metanol supercrítico, sin que la presencia de agua o ácidos grasos libres afecte al proceso de transesterificación de la reacción, por lo que se puede utilizar una gran variedad de materias primas de bajo coste. Además, en condiciones supercríticas, no es estrictamente necesario el uso de catalizadores, por lo que no se requiere la eliminación del catalizador después del proceso.