El mundo del presente es complejo, cambiante, incierto y poco controlable. Es por eso que desde los espacios globales y locales visualizamos fenómenos que día a día se transforman, se redimensionan, trasmutan y por ello, una de las prioridades históricas en nuestras sociedades modernas actuales es la posibilidad de construir plurales y novedosas respuestas para mejorar las condiciones sociales de los sectores mayoritarios de la población, es decir, los retos sustantivos tienen relación con dar respuestas estructurales y coyunturales, macros o micros, generales y particulares a las necesidades, problemas, intereses y demandas sociales. A partir de ese escenario, es indispensable ubicar al Trabajo Social como una de las profesiones de mayor relevancia en estos momentos históricos que vivimos, ya que es un quehacer cuyo objetivo esencial es promover y construir propuestas sociales necesarias para transformar positivamente las nuevas y viejas formas en que se presentan las necesidades y los problemas sociales.