El asesinato de Jamal Ahmad Khashoggi, ciudadano saudí y residente permanente estadounidense, no es más que otro capítulo de los asesinatos selectivos que hemos observado. Khashoggi fue atraído a la embajada saudí en Estambul (Turquía) y asesinado por asesinos saudíes. Los asesinatos selectivos se han convertido en una herramienta contemporánea en la lucha contra el terrorismo, o simplemente como una herramienta para eliminar a los opositores políticos y muchos están cuestionando la eficacia de esta táctica. Académicos, expertos y responsables políticos tienen opiniones encontradas sobre esta técnica. Algunos creen en su eficacia dentro de una estrategia antiterrorista más amplia, mientras que otros piensan que tiene un impacto negativo. Este libro sostiene que, aunque los estudios actuales son valiosos para comprender los efectos de los asesinatos selectivos, no proporcionan la base para hacer afirmaciones generales sobre su eficacia. Algunos de los problemas tienen que ver con las definiciones divergentes, la escasez de pruebas y su capacidad para medir el "éxito". Si bien las pruebas no permiten a los académicos, expertos y responsables políticos pronunciarse de forma general sobre su eficacia, sí dan pie a un debate normativo sobre si estas políticas son adecuadas.
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