La obesidad y el asma son dos grandes problemas de salud pública, ya que su prevalencia está aumentando en todo el mundo. Todos los estudios actuales muestran que existe una inflamación sistémica de bajo grado tanto en los sujetos asmáticos como en los obesos.El asma es la principal enfermedad crónica de los niños. A pesar de las recomendaciones, el control, el tratamiento y el seguimiento del asma siguen siendo inadecuados, especialmente en los niños obesos.El no control varía según el IMC y es más frecuente en los niños obesos. La obesidad dificulta el control del asma grave. Del mismo modo, el asma grave puede provocar un aumento de peso debido al uso de corticosteroides sistémicos.Cuanto más grave es el asma, más eficaz es la actividad física para controlarla. La pérdida de peso mejora significativamente la gravedad del asma y la integración de la actividad física de moderada a intensa debería ser sistemática en la estrategia terapéutica de los niños y adolescentes asmáticos con sobrepeso u obesidad.
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