Los dentistas, como profesionales sanitarios, tienen el deber y la obligación de atender al paciente. Cualquier infracción del deber y la práctica hace que los dentistas sean responsables de negligencia y acciones legales. La ley protege a los dentistas y garantiza una práctica ética. El conocimiento de los aspectos médico-legales es obligatorio para una ejecución y prestación fluidas de servicios productivos. Los procedimientos legales son extenuantes y molestos de negociar, por lo que siempre es mejor prevenir. Una vez que se presenta una demanda legal, no sólo se convierte en una carga financiera, sino que también nos agota emocional y psicológicamente.
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