Una de las recompensas de la muerte sería una liberación del sufrimiento humano. Pero el poemario está escritos para los vivos, no para los muertos, y de uno u otro modo el espíritu protagonista de la poeta, convoca la palabra sagrada para aliviar el sufrimiento. De modo hipotético, podría señalar que, sin sufrimiento, el poema tendría una gravedad inferior, menos cercanía con lo sagrado. Así es que la poeta rompe y rompe el lenguaje, su narrativa, e incluso las acrecentadas claridades del viaje sanador. Sus poemas deberían leerse en voz alta o en voz baja, en la serenidad de los segundos, para escuchar su ritmo, sus sonidos y experimentarlos por completo. En el escrito el lenguaje se fractura, luego se aclara de repente. El sufrimiento cambia nuestra perspectiva, como lo hace la muerte. Aparentemente, los mismos grupos de células que habitan la mañana y la tarde se comportan de manera diferente, y sin embargo atesoramos o enterramos o quemamos algo: no queremos quedar vacíos y sin destino: Las palabras {agregaría, sagradas} nos encuentran, la frágil cordura del milagro. Eduardo Escalante.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.