Aurora es una sirena de asfalto que conquista a los faunos escondidos tras el bosque de edificios encantados: a veces es deseada, a veces cómplice de un crimen. Ella es un retrato de la miseria humana, es un espectro viviente que se pasea por la conciencia de los hombres. A través de las páginas, la autora nos narra el microcosmos de Aurora, nos presenta una multiplicidad de personajes que se transponen con las diferentes facetas de su vida. La historia se desarrolla en el México contemporáneo, en el ir y venir de la ciudad y un pueblo llamado Aserradero. Los diferentes personajes que aparecen en ella son espejos que reflejan la cotidianeidad, la calle, el laburo, o están enclaustrados en nuestro hogar. Aurora es un texto tremendista, un collage que habla sobre la pobreza, la doble moral, la violencia conyugal y el amor. Este texto es el diálogo encapsulado dentro de un proceso de sanación colectiva. Las páginas lloraran con su castigo. El lector susurrara los secretos; se hará cómplice o verdugo. Cuando se encuentre dentro de esta catarsis, le aconsejo no sorprenderse si de pronto alguno de los personajes refleja la silueta de su rostro. Miguel De La Cruz