Realizar una pesquisa es relevante para reconocer desde temprana edad si los niños presentan diferencias en su desarrollo. Lo cual permitirá planificar y realizar apoyos (a nivel familiar, escolar e individual) que faciliten su proceso de adaptación al entorno. La detección temprana debiera iniciarse en los primeros años de vida, a través de la observación del desarrollo típico, reconociendo señales de alerta que se traducen en indicadores relacionados con la conducta. Y esto será posible en la medida que la comunidad pueda conocer, comprender y valorar las diferencias de los niños que se encuentran dentro del Espectro Autista, y así acercarse a una "cultura del autismo" (Petters, 2009) que incorpore a cada persona con toda su particularidad. También es fundamental brindar una adecuada contención y asesoramiento a la familia, ofreciéndole la posibilidad de acompañar la evolución del tratamiento de su hijo, con la finalidad de mejorar la calidad y autonomía de su vida cotidiana. Sin dejar de resaltar el necesario e indispensable papel que cumplen los Acompañantes Terapéuticos al trabajar en la generalización de lo que el paciente haya aprehendido junto al equipo de profesionales.