La mayoría de los trabajos implican un cierto grado de estrés, que puede afectar a personas de todos los niveles de la organización, incluidos los empleados de primera línea, los directivos y los altos cargos. Un poco de estrés es razonable, pero se convierte en un problema cuando es excesivo y continuo. Existen algunas estrategias, pero dependiendo de otros factores detrás y además del estrés se puede aplicar alguna de ellas. En esta investigación, 114 empleados del Hyper-Star fueron reclutados mediante un muestreo de conveniencia y respondieron a las escalas de Autocompasión (SC), Ansiedad-Depresión (AD), Autoestima (SE), Ética laboral (WE) y Estrés percibido (PS). Los datos se analizaron mediante el coeficiente de correlación de Pearson y el análisis de trayectorias. Según los resultados, el estrés percibido tiene una relación directa con la ansiedad y la depresión y una correlación inversa con la ética laboral, la satisfacción vital y la autoestima. Curiosamente, a pesar de la alta y significativa correlación de la autocompasión con la salud mental y el estrés percibido de forma aislada, la autocompasión no tiene ningún papel mediador con estos factores. Después de considerar las relaciones culturales, se concluyen algunos resultados sorprendentes.
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