En el campo de la Didáctica se plantea permanentemente que el profesorado debe establecer relaciones entre la teoría educativa y la práctica escolar. Aunque hay algunas investigaciones al respecto, disponemos de pocas evidencias científicas sobre cómo un maestro puede acercar el conocimiento académico producido desde la investigación y la práctica de enseñar en el aula a diario. Este libro ofrece algunas respuestas a partir de la realización de un amplio estudio bibliométrico sobre el tema y el estudio empírico de un caso: un docente que ha dedicado más de treinta años al estudio del tema, generando abundantes publicaciones al respecto e innovadoras formas de enseñar. La investigadora ha consultado las principales bases de datos sobre educación en el panorama nacional e internacional y ha convivido en el centro y en el aula con este docente peculiar para realizar una etnografía en profundidad, siguiendo de cerca sus postulados teóricos y sus prácticas educativas. El análisis de los datos pone de manifiesto que es posible el establecimiento de relaciones entre el conocimiento y la praxis. En ello juegan un papel fundamental la autoformación y la autocrítica.