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Los hombres necesitan entrenamiento. Luego de veinte años en mi profesión he llegado a una conclusión, una indiscutible decisión que de alguna manera da hasta pena escribir, pero alguien lo tiene que decir, resulta difícil para una Doctora en Psicología ya que la mayoría espera que uno use palabras elegantes que parezcan muy educadas o suficientemente sofisticadas para crear una imagen de conocimiento y preparación. Pero, yo no soy así. Después de diez años de estudios en dos países, ocho años de terapia y más de veinte años en el consultorio tengo el valor de pararme y decirles de una manera…mehr

Produktbeschreibung
Los hombres necesitan entrenamiento. Luego de veinte años en mi profesión he llegado a una conclusión, una indiscutible decisión que de alguna manera da hasta pena escribir, pero alguien lo tiene que decir, resulta difícil para una Doctora en Psicología ya que la mayoría espera que uno use palabras elegantes que parezcan muy educadas o suficientemente sofisticadas para crear una imagen de conocimiento y preparación. Pero, yo no soy así. Después de diez años de estudios en dos países, ocho años de terapia y más de veinte años en el consultorio tengo el valor de pararme y decirles de una manera directa: Los hombres deben entrenarse y sus esposas deberían entrenarlos. Los hombres no nacen con el conocimiento de cómo tratar a sus mujeres y si las mujeres quieren ser tratadas como princesas deben entrenar a sus hombres. Los hombres deben ser entrenados. Esa es una verdad y yo creo que la religión se basa en esta idea. Está bien, ya sé lo que me van a decir: "No somos perros, mi esposo no es un perro. Lo que dices es algo cruel". Bueno, mi respuesta para los hombres es que "muchas veces los hombres se comportan como perros malcriados sin ningún respeto a sus esposas. No pueden evitar engañar y desilusionar." A las mujeres le diría, alto, piénselo un minuto en vez de pelear conmigo. Sinceramente no culpo a los hombres, somos las culpables, porque permitimos que esto pase. Muchas mujeres no se respetan a sí mismas y están dispuestas a hacer cualquier cosa por un hombre. Esto es probablemente porque sus padres no le prestaban atención y se sienten carentes de amor... La necesidad de ser amada por un hombre coloca a los hombres en una posición de poder. Los hombres tienen la percepción de que no importa cuanto abusen en una relación o cuanto se aprovechen de una mujer, ella se aguantara este mal trato una y otra vez. Pero los hombres no quieren ser abusivos. En lo absoluto. Piden se les señale un límite, un signo de parada. Eso imploran. Nadie realmente desea estar en una relación en la cual una persona no posee respeto por sí mismo y estimación propia. No me importa cual sea tu sexo, estar en una relación en la que alguien no se para por sí mismo es terriblemente solitaria y fastidiosa.
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