El éxito del tratamiento del conducto radicular depende del diagnóstico adecuado, la planificación del tratamiento, el conocimiento de la anatomía del conducto, la morfología, el desbridamiento del conducto, la esterilización del conducto y la obturación. Las técnicas para obturar los conductos radiculares incluyen el uso de calor o gutapercha ablandada químicamente, técnicas de inyección, ultrasonidos, vibración y portadores. Existen materiales basados en portadores que utilizan un portador central alrededor del cual se recubre el material obturador. La introducción de materiales obturadores adheridos (resinas de metacrilato) ha permitido al clínico obtener un sellado adherido a la dentina del conducto radicular en las zonas alcanzadas por los materiales de grabado/adhesivos. Además, en la actualidad se dispone de un sistema basado en un portador que combina una técnica de portador y una tecnología adhesiva para la obturación adhesiva. Para obtener resultados satisfactorios, se requiere el uso adecuado de los materiales y técnicas seleccionados, el control radiográfico en las diferentes fases de la terapia endodóntica y un alto grado de experiencia clínica.
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