El sempiterno empeño por someter la conducta de los hombres a principios regulatorios, ha sido huella perseverante en todas las etapas del desarrollo histórico de la sociedad. Cada una de las situaciones de los relatos ofrecidos, imaginadas pero posibles, posee un vínculo con el paulatino pero ascendente proceso del milenario aprendizaje humano. Las primitivas normas de conciencia social en la Edad de las Cavernas juegan con la capacidad del tiempo para enlazar aquellos relatos con nuestro mundo, aparentemente tan distantes, pero eslabones sucesivos de la humanidad.