La concepción de un Estado colombiano que establezca medidas de protección sin garantías de no repetición no ha sido posible, especialmente en territorios con proyecciones estratégicas para el desarrollo nacional, como lo es el Bajo Cauca Antioqueño, en parte, debido a que la estructura propia del Estado colombiano surge de una construcción de Estado-nación, y no de nación en clave de construcción del Estado. Esta concepción ha impedido la creación de soluciones sostenibles y transversales con respecto a las necesidades propias del territorio y las dinámicas del mismo; en consecuencia, la aplicación de políticas equivocadas ha conllevado al afianzamiento de situaciones de conflicto y dinámicas de violencia, que han sido aprovechadas por los actores armados como medio de legitimización de sus acciones, en virtud a la precaria presencia institucional, la débil infraestructura y la disminución de acceso a la dinámica económica nacional, justificada en parte, por las características geoestratégicas y el difícil acceso. Asimismo, los fallidos procesos de desmovilización han desarrollado un efecto multiplicador de las dinámicas de violencia en el territorio analizado.