Con la sencillez, la seguridad y la empatía de
quien conoce a fondo su materia, Walter Rada
reconstruye las circunstancias políticas, sociales y
personales de la autora y del mundo representado en
su obra. El escenario chiapaneco de Balún Canán (y
de la infancia de Rosario Castellanos) cae bajo la
lupa de un analista que sabe exponer con amenidad
una multiplicidad de datos extraídos de muy variadas
fuentes: de estudios de antropología social y de
historia, así como de entrevistas y diversos textos
de R.C. y de otros escritores pertenecientes al
ámbito de aquellas literaturas que Antonio Cornejo
Polar llamó heterogéneas.
Como resultado de tan amplias y municiosas
indagaciones, Rada logra poner ante los ojos del
lector un mundo trágicamente escindido, en el que
raza, lengua y cultura abren un abismo infranqueable
entre ricos y pobres, entre amos y esclavos. A un
lado del abismo surge el arrogante perfil de
los "ladinos", dueños de la tierra(...) Al otro lado
se dibuja la imagen de una masa de seres despojados
de todos sus bienes, de su lenguaje, de su religión,
de su pasado, de su dignidad y hasta de su humanidad.
Susana Reisz
quien conoce a fondo su materia, Walter Rada
reconstruye las circunstancias políticas, sociales y
personales de la autora y del mundo representado en
su obra. El escenario chiapaneco de Balún Canán (y
de la infancia de Rosario Castellanos) cae bajo la
lupa de un analista que sabe exponer con amenidad
una multiplicidad de datos extraídos de muy variadas
fuentes: de estudios de antropología social y de
historia, así como de entrevistas y diversos textos
de R.C. y de otros escritores pertenecientes al
ámbito de aquellas literaturas que Antonio Cornejo
Polar llamó heterogéneas.
Como resultado de tan amplias y municiosas
indagaciones, Rada logra poner ante los ojos del
lector un mundo trágicamente escindido, en el que
raza, lengua y cultura abren un abismo infranqueable
entre ricos y pobres, entre amos y esclavos. A un
lado del abismo surge el arrogante perfil de
los "ladinos", dueños de la tierra(...) Al otro lado
se dibuja la imagen de una masa de seres despojados
de todos sus bienes, de su lenguaje, de su religión,
de su pasado, de su dignidad y hasta de su humanidad.
Susana Reisz