El mundo ha de hacer frente a la agudización del hambre, de la pobreza, la enfermedad, el analfabetismo y el incesante deterioro de los ecosistemas de los que depende nuestro bienestar. La importancia de la socialización de los recursos es innegable. La creación de polos de desarrollo en zonas costeras y alrededor de las actividades pesqueras traería beneficios a numerosas poblaciones que, hasta hoy, se han visto relegadas en cuestiones tan básicas como salud, vivienda y educación. Y finalmente, es imprescindible el respeto a la diversidad étnica y biológica; el fortalecimiento de las identidades culturales y la autoconfianza de las comunidades, la participación ciudadana en el proceso de la planificación de los recursos; la maximización de proyectos autogestionables y alternativos. Por otro lado, es necesario dejar establecido que como ha sido demostrado ampliamente y por numerosos modelos, la estructura y función de los ecosistemas marinos dependen en gran medida de los procesos físicos. Así, para entender y predecir la variabilidad espacio-temporal y sus patrones, es fundamental comprender la dependencia entre los procesos ecológicos y los procesos físicos.