La batalla de Pasco como el culmen de la primera expedición libertadora liderado por Juan Antonio Álvarez de Arenales en 1820, propone una mirada resumida de la importancia de las minas de plata de Cerro de Pasco, que durante el periodo colonial cumplió como articulador de las economías de los pueblos de la sierra central del Perú, sobre todo se constituyó en el centro minero más importante para la economía del Estado colonial y durante la guerra por la independencia el interés que cobró este por el control y administración de los recursos que aquí se producían, tanto por los realistas y la naciente república, sino también por intereses privados que buscaron posesionarse con el objetivo de sacar beneficios económicos.