Harry miraba con positividad su nueva vida. Era imposible no hacerlo, al fin y al cabo, cualquier cosa sería mejor que su vida en su anterior ciudad. Los ojos verdosos del chico brillaban cuando levantó su barbilla para mirar el cielo encapotado en Inglaterra. Estaba nervioso, a la par de excitado, por comenzar de cero. Lymington tenía un puerto precioso. Era un puerto primordialmente deportivo, lo cual llamó mucho la atención a nuestro joven protagonista. Miró a su alrededor, a los pequeños y grandes veleros y barcos, y le llamó la atención ver uno que se llamaba Harry. Se sonrió a sí mismo.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.