España es líder mundial en superficie cultivada y producción de chirimoyo. No obstante, en la mayoría de las zonas productoras la polinización con vectores naturales no es suficiente para asegurar niveles de cosecha aceptables y de la calidad exigida por el consumidor. La solución a dicha carencia es la polinización artificial a mano, muy exitosa en chirimoyo, aunque susceptible de mejoras que incrementarían su rendimiento. La comprensión de la biología reproductiva es imprescindible para el manejo de la polinización artificial. Las barreras reproductivas que el chirimoyo impone para asegurar la polinización cruzada resultaron muy eficientes en ausencia de polinizadores. No se documentó la intervención de ningún insecto en la polinización del chirimoyo. Una vez superadas las barreras pre-polinización, en el chirimoyo no operó ningún otro sistema para favorecer el cruzamiento. La dilución del polen al 25 y al 50% no fue satisfactoria. La polinización manual permite controlar el nivel de cosecha, ajustando el número de flores polinizadas en el árbol y seleccionar la ubicación de los frutos para optimizar la productividad y calidad de la fruta.