La formación dual requiere un currículo integrador y una estrecha relación teoría-práctica, con bases de autonomía, principios éticos y de solidaridad, un espíritu crítico y conciencia colectiva. Esto son hechos, no palabras, lo que significa que para potenciar sus capacidades y las del grupo, desde la perspectiva psicopedagógica también se basa en los cuatro pilares fundamentales de la educación, según la UNESCO: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir, aprender a ser, a partir de una concepción de la educación en la que se asume el educando como protagonista de la práctica profesional y formado de manera integrada, o sustentada en una formación técnico-humanista. Para ese logro profesional es importante establecer condiciones de aprendizaje idóneas a las necesidades individuales de cada persona y a las exigencias tecnológicas y procedimentales de la empresa actual, manteniendo un equilibrio entre la calidad, el costo y la protección del medio ambiente, la interacción multicultural y las perspectivas de intercambio comercial y cultural.