En las dos últimas décadas, han evolucionado varios tipos de brackets con diferentes características incorporadas prescritas por Andrews, Roth, Burstone, Ricketts, Alexander, Bennet y McLaughlin. También se introdujeron brackets de distintos materiales, como acero inoxidable, cromo-cobalto, titanio, cerámica, cerámica con ranuras metálicas y policarbonato. Estos diferentes brackets tenían sus propias limitaciones. En general, éstas pueden resumirse en un mayor tiempo de tratamiento debido a la mayor fricción entre el bracket y el arco de alambre, un mayor tiempo de sillón y una mayor demanda de anclaje. Se ha observado que los brackets convencionales provocan laceraciones de los tejidos blandos debido a los extremos afilados de los brackets, así como a los extremos remetidos de las ligaduras. Existen posibilidades de rotura de los módulos. El aumento de la anchura mesiodistal de los brackets disminuye la distancia interbrackets y esto crea dificultades para controlar los movimientos tridimensionales de los dientes. Un cambio revolucionario en la historia de los brackets fue la introducción de los brackets de autoligado. El concepto de brackets de autoligado no es nuevo, ya que los primeros diseños se remontan a la década de 1930.
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