Si bien en los albores del siglo pasado, el rótulo de ¿Calidad de Aguas¿ estuvo asociado con la utilización del agua para el consumo humano, en la actualidad, las aplicaciones y utilidades potenciales del agua son tantas y tan diversas, que este rótulo ha perdido su significado original de potabilidad, para referirse a un amplio espectro de posibilidades. Actualmente, es tan importante conocer la calidad del agua para el consumo humano, como lo puede ser para el riego de cultivos, para el uso industrial en calderas, para la fabricación de productos farmacéuticos, para la expedición de licencias ambientales, para diseñar y ejecutar programas de monitoreo en las evaluaciones ambientales, para adecuarla a las múltiples aplicaciones analíticas de los laboratorios y para regular y optimizar el funcionamiento de las plantas de tratamiento, entre muchos otros fines. En síntesis, una determinada fuente de aguas puede tener la calidad necesaria para satisfacer los requerimientos de un uso en particular y al mismo tiempo, no ser apta para otro.