El cambio climático global es un fenómeno que ahora se considera fuertemente asociado a las actividades humanas. Los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, que se han mantenido estables en 180-220 ppm durante los últimos 420.000 años, están ahora cerca de 370 ppm y siguen aumentando. Gracias a las mejoras en la meteorología, ahora podemos comprender mejor los cambios climáticos a largo plazo. Esta comprensión podría permitir predecir dónde y cuándo pueden producirse brotes de enfermedades infecciosas. En la distribución de las enfermedades infecciosas intervienen muchos de los complejos factores sociales y demográficos. Los factores meteorológicos que influyen en la intensidad de la transmisión de las enfermedades infecciosas son la humedad, la temperatura y los patrones de lluvia. El colapso de los servicios de salud pública ha sido el principal responsable del reciente resurgimiento de las enfermedades infecciosas. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático señaló en su informe de 2007 que el cambio climático puede contribuir a ampliar las zonas de riesgo de enfermedades infecciosas como el dengue y puede aumentar la carga de enfermedades diarreicas, poniendo en riesgo a más personas. En este libro describimos los vínculos entre el clima y la salud, las implicaciones futuras y las recomendaciones.
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