El suelo se enfrenta a un impacto directo de los cambios en las proporciones de gases y los cambios de temperatura de la atmósfera, ya que está directamente relacionado con ella. Aunque los cambios en el suelo provocados por el cambio climático requieren tiempo y se producen a lo largo de los años, afectan enormemente a la calidad del suelo y al rendimiento de los cultivos agrícolas. Sin embargo, la planta puede verse afectada más rápidamente que el propio suelo. A largo plazo, estos efectos provocan muchas pérdidas, entre ellas Disminución de la fertilidad del suelo: el suelo puede verse afectado por cambios en la composición química y física derivados del cambio climático, lo que conlleva una disminución de su fertilidad y un deterioro de su calidad. Deterioro de los cultivos agrícolas: El cambio climático puede causar una disminución de la productividad y la calidad de los cultivos, debido a sus efectos negativos sobre la disponibilidad de agua, los cambios de temperatura y el aumento de la susceptibilidad a las enfermedades y plagas agrícolas. Pérdida de biodiversidad: Muchos organismos viven en el suelo, como bacterias, hongos y gusanos, y estos organismos se ven afectados negativamente por el cambio climático, lo que conduce a la pérdida de biodiversidad en el suelo.
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