Mucha información relacionada con los grandes acontecimientos de 2020-2022 indica el cambio radical en las condiciones de vida, para una parte sustancial de la población, que también generó algunas modificaciones en el comportamiento de consumo - bienes y servicios básicos (alimentos, vivienda, algunos servicios, consumo de energía). Las condiciones de vida de la población cambiaron de la noche a la mañana con el aumento de los precios. Fue y sigue siendo un fenómeno mundial. Algunos hábitos de diversas categorías de consumidores también han cambiado, junto con la nueva coyuntura económica y con las especificidades de la oferta de bienes y servicios locales. Las tendencias a la baja en la propensión al consumo se dejaron sentir también en la sociedad rumana, junto con la erosión masiva de los ingresos de la población y con las noticias cada vez más alarmantes sobre la imparable subida de los precios. Los medios de comunicación de masas han debatido continuamente la superposición de un número indefinido de crisis: la crisis energética, la crisis humanitaria y de inmigración provocada por la guerra de Ucrania, la persistente inflación y la crisis del euro, la crisis alimentaria, la crisis económica, la crisis de la guerra fronteriza, la crisis médica que parece no haber terminado todavía, la crisis de la emigración laboral interna
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