La evaluación de los aprendizajes como proceso para orientar la formación integral de los estudiantes; en donde juega un papel preponderante la experiencia y la ética como valores primordiales que todo docente debe aplicar en su desempeño profesional en los diferentes niveles del sistema educativo principalmente en este caso el nivel universitario. Los resultados de la evaluación como proceso facilitan la orientación y el seguimiento de cada uno de los estudiantes, brindando la oportunidad de que vivan experiencias para reconocer sus fortalezas y limitaciones con el objeto de avanzar en la construcción de sus aprendizajes; desde esta perspectiva la evaluación formativa debe predominar en las interacciones que el docente mantiene con sus estudiantes. Propiciando en este modo, no solamente su desempeño académico, sino también su convivencia en el medio ambiente social donde se desenvuelve en su cotidianidad y en su vida profesional