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En este libro se hace un recuento periodístico de 1996, cuando la mayor cantidad de reportajes se publicaron acerca de un organismo que estaba atacando, principalmente a las ovejas, pero también a las cabras y a las aves domésticas, desde gallinas, patos, gansos, guajolotes, etc. Originado en Puerto Rico, el mito del "Chupacabras," como se le conoce vulgarmente a este fenómeno, cuando es estudiado cuidadosamente, juntando la evidencia existente que tengamos a la mano, se descubre que se trató de diversos canes expresamente entrenados y acondicionados para llevar a cabo este trabajo. Si esto no…mehr

Produktbeschreibung
En este libro se hace un recuento periodístico de 1996, cuando la mayor cantidad de reportajes se publicaron acerca de un organismo que estaba atacando, principalmente a las ovejas, pero también a las cabras y a las aves domésticas, desde gallinas, patos, gansos, guajolotes, etc. Originado en Puerto Rico, el mito del "Chupacabras," como se le conoce vulgarmente a este fenómeno, cuando es estudiado cuidadosamente, juntando la evidencia existente que tengamos a la mano, se descubre que se trató de diversos canes expresamente entrenados y acondicionados para llevar a cabo este trabajo. Si esto no fuera así sería muy sorprendente el darnos cuenta que en diversos estados de la república una misma serie de eventos se estaba presentando, y con las mismas características, incluyendo el sigilo de los canes atacantes, la carencia de ladrido, y una habilidad enorme para escabullirse, hasta el grado de que ninguno de ellos fue capturado. Pasaba entonces el país mexicano una de sus más grandes crisis, por un lado una economía en ruinas que requirió de la ayuda internacional, con un préstamo de unos 50 mil millones de dólares, y por el otro un grupo que deseaba iniciar una nueva revolución mexicana a partir del sur, comenzando con Chiapas, el FZLN. Ante esta panorámica, Zedillo necesitaba garantizarle a Clinton una estabilidad nacional con el fin de poderle ir devolviendo el préstamo de manera oportuna. La clave máxima para detectar que se trató de canes de diversos tipos es la evidencia de las mismas huellas tanto de las patas, como de los colmillos, recopilada hasta ahora para cuatro países: Puerto Rico, Estados Unidos, México y Chile. Esperando que este trabajo contribuya a un entendimiento histórico de los eventos que transcurrieron en la primera mitad de 1996, los cuales tuvieron pasmado a todo el país.