La terapia endodóntica tiene como objetivo la eliminación de la pulpa residual, de los productos de descomposición tisular y de los microorganismos presentes en el interior del sistema de conductos radiculares, seguida de una obturación hermética en la medida de lo posible. Para el sellado deben utilizarse materiales de obturación que no interfieran y, preferiblemente, estimulen el proceso de reparación apical y periapical. Un sellador endodóntico debe ser biocompatible, antibacteriano, radiopaco, insoluble en fluidos orales, sellar herméticamente el sistema de conductos radiculares, ser dimensionalmente estable, tener un tiempo de trabajo adecuado, fácil manejo, expansión de fraguado, buena adhesión al material del núcleo y a la pared del conducto radicular, no debe decolorar los tejidos dentales ni tener acción antigénica ni mutagénica. Recientemente, se han introducido en el mercado las últimas generaciones de selladores a base de sílice, que los fabricantes describen como material biocerámico. En la presente edición se ha intentado aclarar todas las fases del tema. Pido a los lectores que evalúen críticamente el texto y me envíen sus comentarios, ya que sus sugerencias analíticas ayudarían a mejorarlo.
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