Los cambios en el uso del suelo provocan variaciones en las características físicas y químicas del mismo, especialmente en cuanto a su contenido de materia orgánica. La materia orgánica, importante reservorio de carbono, funciona como fuente y sumidero del CO2 atmosférico jugando un papel fundamental en el cambio climático global. Además, la materia orgánica es fuente potencial de nutrimentos para las plantas, favorece la infiltración y conservación del agua y, al estructurar el suelo, disminuye las pérdidas por erosión. El presente estudio cuantifica los cambios en las características físicas y químicas de un suelo de tipo vertisol (WRB, 1998), contrastando las tres formas de uso más frecuentes en el Noreste Mexicano: matorral alto (COTECOCA, 1973) conservado, parcela de cultivo de temporal (secano) y vegetación secundaria sometida a pastoreo; se hace especial hincapié en las consecuencias del cambio de uso del suelo en cuanto a su contenido de materia orgánica y, en consecuencia, en cuanto a su capacidad como reservorio de carbono.